Así es como aparece el perro.
De esa forma retumba el ladrido
como la magnitud de un cuerpo
o la sensación del pelo.
Mirada de perro, por supuesto,
lejana, pero real.
Sobreviene en un intervalo
impreciso como el deseo o el miedo,
pero el aullido viene dentro.
Hay un perro que ladra y no veo
porque soy el perro.
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