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Mostrando entradas de 2013

Bordes deshilachados 41

Los objetos que salen del corazón son un afluente, espejos de agua. * El invierno llegó exacto, el mismo día que él se fue. Es la soledad un síntoma de frío calculado. * La palabra esperanza hace un efecto en la espera que le viene de origen.  Lo primero que se aprende, lo último que se pierde.

Bordes deshilachados 40

Queremos a la mesa porque al quitar el mantel y ver sus huellas, las marcas de todos los descuidos, el aro de una taza o el corte de algún cuchillo, nos vemos a nosotros, nuestras son las marcas y los descuidos, tuya la taza, mío el cuchillo. Su desgaste, nuestro camino.  * El  reloj se acelera desde que falleció, como si la muerte de la anciana fuera el umbral de otra época, como un salto temporal oculto tras una despedida o el cambio de posición ante la línea de meta. * Van por delante, pero solo unos pasos. Me detengo un momento para conversar, para ver cuánto se alejan. Porque sé que las palabras se despliegan en el espacio y generan distancia. Ya no les alcanzo.

Bordes deshilachados 39

Sostiene una verdad en silencio. Habla callada. * Encaja con alegría el golpe, así rebota y gira. * Ve los pactos que hace la gente, nadie se los explicó, pero se los explica. * La diferencia entre estar sola o acompañada es personal.

Bordes deshilachados 38

La soledad no existe, es gente que espera. * Que limpiar los cristales y cambiar las bombillas sean presagios de la luz que está por llegar o quehaceres domésticos, depende de la táctica. * La ausencia se manifiesta ante una cuestión sin respuesta. * La inclinación de la gorra con respecto a la boca es su lenguaje. * Le delata la forma en la que sujeta esos papeles, diría que se le va la vida en ellos.

Bordes deshilachados 37

El viento juega con la alegría de una fiesta lejana y la reparte por el territorio dormido de la noche. * Es el calor el que cambia las cosas de sitio. * Ves al que está solo porque la soledad se ve al andar, al que está como tú porque la soledad es la que mira.

Bordes deshilachados 36

Desmontas el edificio de tu fuerza al abrir la cafetera que cerraste. * En la cocina tocamos el fuego como si lo inventáramos, como si acabara de surgir de un rayo que prende una rama e inventa el fuego.  * Y entonces ardemos para ser humo luego, cuando ser humo sea lo único que tengamos que ser.

Bordes deshilachados 35

Los dos son viejos. Él cojea. Se separan en la esquina donde ella permanece vigilante. Desde allí le grita que vaya rápido. Él lo intenta. Corre calle abajo para que no le cierre una tienda y porque ella le sigue con la mirada, como si su mirada fuera un hilo del que él se agarra.Así, logro ver qué les une. * Cada persona por dentro vale lo que su estima le permite. Por fuera, lo que los modelos exigen. En conjunto valemos una ciudad, un país o un pueblo. Por separado, según los acuerdos, todos valemos lo mismo. En la familia, en cambio, cada uno tiene un precio. Con los amigos puede haber diferencias, pero al pasar por la calle, todos somos lo mismo. A veces valemos según el peso de nuestras ideas, otras del de nuestra cartera. Queda claro entonces que la valía de una persona también está sometida a las presiones del mercado.  * En los días de verano siempre coinciden los agujeros con las despedidas, como si al hacer sitio se contrajera el universo e

Bordes deshilachados 34

Se le olvidó que regresar era un deporte que no debía practicar porque siempre le lleva al mismo sitio. * Le sigue sorprendiendo cargar con una rebeca en el bolso por si después le da frío. * Y si se deja llevar, siempre es al mismo sitio, o sea, a ningún sitio. * No hay nada tan inevitable como el momento de batirse en duelo contra una decisión, en definitiva, todos los momentos son inevitables duelos en los que nos batimos contra nosotros y contra los demás, por eso asiste a clases de esgrima.

Bordes deshilachados 33

Cuando era pequeña, me dijo, sentía como bonito lo lejano y feo lo cercano. Esta mañana, sentadas las dos en el tranvía, el trayecto nos mostró que esto es todo lo que sabemos sobre la belleza. Y cuando nos dimos cuenta las cremalleras de la vía se abrían alejándose. El tranvía nos llevaba por la avenida y a las dos nos parecía hermosa, y después de todo lo que aprendimos sobre la belleza, ahora sabemos que no lo es. * Piensa tanto que a veces tropieza con el contenido de su mente. * No es que haya perdido la fe es que la busca. * Se mete tanto en las páginas que entra al tiempo del libro y al salir es al lugar del libro donde regresa, pero solo cuando lee. * Cruza los brazos al esperar, los abre al recibir. Cuando camina los deja libres y muertos al dormir. El lenguaje es un cuerpo que se mueve, a lo lejos le veo decir hola.

Bordes deshilachados 32

Si un objeto cambia de mano puede que cambie de uso, pero cuando cambia de época se convierte en una obra de arte. Cuando un objeto es inútil tal vez hemos olvidado su historia. No sé si pasa lo mismo con las personas. * Maneja las emociones como una malabarista aunque a veces se le caen por la gravedad. *  Pensé que el talento era algo que se curaba con los años. Perdona la ineficacia, pero qué gusto da encontrar consuelo en las palabras de otro.

Bordes deshilachados 31

Al estar en una se está en tres sitios al mismo tiempo: en una, en el espacio y en la duración. Luego se muere, el cuarto sitio. * El argumento de cualquiera solo puede leerse deshilachado. * El conocimiento de algo está siempre nublado por el prejuicio del conocimiento. Nunca miramos por primera vez.

Alteraciones

Es en primavera cuando deja de ser personal y se transforma en común. Ya no recurre a la oscuridad del invierno para obligar a la introspección y al aislamiento, sino que desinhibida y joven se derrama en la geografía de las habitaciones y los cuerpos. Porque es la luz una emoción, es común y es gratuita, y el que creyó que con el paso del tiempo sería menos intensa está huyendo de la luz.  Tiene la tendencia a sentir como real lo que cree, cuando sabe que lo personal no deja de ser una forma de alterar la realidad. 

Bordes deshilachados 30

Lo que ve desde la ventana tal vez lo inventa porque las ventanas lo que abren es la mente. * El silencio es el espacio donde se mueve sigiloso el silencio. * La felicidad está bajando por la calle porque es de noche, está oscuro y no tiene miedo. A cualquier cosa la llaman felicidad. * Te pareces tanto a ti que nunca dejas de ser, solo aprendes a parecer que eres otro que también eres.

Bordes deshilachados 29

Las palabras adquieren al ser nombradas su forma y cualidad. La confianza, por ejemplo, es como un sofá sobre el que una persona se rinde. La casa, los puntos cardinales que le sitúan. La silla, la montaña para pensar, también lo es la ventana, pero un ojo para mirar. Mirar, el punto de vista en el que se es otro. * Está esperando a que le pregunten qué hace, responderá lo que puede. * Bajar a la silla es ser la montaña quieta, sujeta a la base, las manos sobre las piernas. Estar en la mesa es la que piensa, la que pone orden, la que pone la mesa. Subir a la cama es la que muere, dormida confunde donde termina y empieza.

Bordes deshilachados 28

Tres recuerdos te acompañan y no sabes qué hacer con ellos. No tienen conexión aparente, ni encajan en una historia más larga. Tampoco sirven para una corta, no tienen importancia, pero los llevas contigo como si fueran una carga. Tal vez si los escribieras te librarías de ellos, pero parece que te gusta saber que están ahí, creer que son hitos que debes recordar, momentos que visitar para no olvidar quién eres. Pero mirar desde una esquina el edificio en ruinas, sentir el sol en el cristal del agua y la piscina navegando en  los ojos de una niña, no lo recordarás más. * Cuando espero en la calle pierdo la propiedad de ser. Los que pasan me miran, ellos saben también que no me pertenezco, saben que espero, que no soy de ellos, ni de mí, ni del tiempo. Vengo a lo lejos.

Bordes deshilachados 27

Si por la ventana se colara el griterío del patio, las voces, unas más altas que otras, bañarían la casa con olas intermitentes de alegría y silencio. * Entrar por la ventana es la posibilidad de la luz, la de la oscuridad dejarse bañar. * Un caballo negro y un caballo blanco son un solo caballo: el caballo gris galopa al nombrarlo.